martes, 29 de septiembre de 2015

PLE y PLN (Ambientes personales de aprendizaje y Redes personales de aprendizaje)











¿Qué es PLE?
Los entornos personales de aprendizaje (ple por las siglas en inglés de Personal Learning Environment) se han convertido en una fórmula de aplicación de las TIC a los diferentes procesos de enseñanza-aprendizaje, desde los académicos hasta los más informales. La forma en que estos entornos se conjugan e interrelacionan, definen tanto las potencialidades pedagógicas que presentan como las teorías de aprendizaje subyacentes. Herramientas, recursos y aplicaciones 2.0 en forma de plataformas virtuales son desplegados siguiendo diferentes lógicas de unión, las cuales determinarán su aprovechamiento didáctico.
Los modelos comunicativos que se asumen también son piezas importantes en estos puzles de generación de conocimientos. La participación activa y constructiva de aquellos que están inmersos en esos entornos es un aspecto a estudiar, dada la importancia que los roles de emisor y receptor adquieren en todo proceso de generación e interiorización de conocimientos.
Para entender la noción de «entorno personal de aprendizaje» es imprescindible acudir al concepto en inglés: personal learning environment, desarrollado y con presencia en artículos y espacios académicos. Cada ple se construye como un espacio de aprendizaje individual y propio, un esquema mental y estructural de donde beber y apropiarse de recursos con los que trabajar para crear conocimiento útil y significativo.
Graham Attwell (2007), uno de los creadores del concepto ple, lo concibe como:
Parte de una idea que integra «las presiones y los movimientos», como el aprendizaje permanente, el aprendizaje informal, estilos de aprendizaje, nuevos enfoques de evaluación y herramientas cognitivas. Por otra parte, el ple se inspira en el éxito «de unión» de las nuevas tecnologías en el software de computación «contextual» y social.
Siguiendo las palabras de Atwell, y por dar una visión práctica de lo que implican los ple en los diferentes contextos de enseñanza-aprendizaje, podemos referirnos a ellos como un desarrollo educativo-tecnológico que responde a la forma en que los miembros de un colectivo, con un objetivo común y muchos objetivos subjetivos, aprenden unos de otros a partir de comunidades en las que se crean, consumen, modifican y comparten recursos, materiales e ideas. Estas comunidades pueden estar organizadas formalmente (por ejemplo, un sistema de gestión de cursos [cms por las siglas en inglés de course management system] preconfigurado como espacio de intercambio docente) o informalmente (un hilo de un foro en el que surge de manera espontánea un objetivo de trabajo asumido y entendido en conjunto por un grupo de profesionales).
Los entornos de aprendizaje parten de una concepción constructivista del conocimiento y se asientan en que todo aquello que una persona vive, experimenta, absorbe, interioriza, cuestiona..., acaba formando parte, de una forma u otra, de su bagaje e ideario personal y/o profesional. Por tanto:
[...] el conocimiento es elaborado individual y socialmente por los aprendices fundado en las propias experiencias y representaciones del mundo y sobre la base de los conocimientos declarativos ya conocidos (Esteban, 2002, p. 1).
A su vez, y por definición, los PLE desdibujan la idea del maestro/educador/formador como estandarte y personalización del saber. El conocimiento se crea en la interacción entre los usuarios y los medios; no hay un saber objetivo pues existen PLE múltiples y diversos, tantos como personas estén activas en el entorno. Alumnas y profesores (o cualesquiera que sean los actores de un ple) se situarán en una enseñanza de carácter horizontal para llevar a cabo un proceso de aprendizaje colaborativo (Osuna, 2007, p. 68).
Y el aprendizaje colaborativo tiene una importancia significativa dentro de los entornos, pues si, como ya hemos destacado, se busca un remix de conceptos y aportaciones, la colaboración se vuelve generadora de nuevas expresiones de la realidad y de la teoría. Importa la diferencia entre aprendizaje colaborativo y cooperativo, o lo que es lo mismo, entre «unión en el proceso» y «especialización para el proceso». Esta colaboración se posibilita gracias a las comunidades de aprendizaje que, como he apuntado en anteriores líneas, pueden ser formales o informales.
Recurriendo a Greca y González (2002):
La «comunidad de aprendizaje» […] puede caracterizarse como una red sincrónica en la que diferentes actores se encuentran en diferentes locales geográficos pero que participan de una misma actividad e interactúan unos con otros a través del diálogo, de la construcción de un enfoque y una solución a problemas comunes, a través de compartir datos cuantitativos o cualitativos en relación a determinado asunto y a través de la discusión y el debate. Las herramientas de comunicación asociadas a la internet (e-mails, chats, foros de discusión) posibilitan este intercambio.
Sin embargo, la peculiaridad de los entornos es que se difumina la sincronía / asincronía en las relaciones se difumina, pues más que intercambio entre personas lo que se genera es la interacción abstracta entre la persona y el medio.
El modelo comunicativo es un elemento esencial de análisis de plataformas y, en lo que a bidireccionalidad se refiere, da sentido al PLE. Sin embargo, no podemos dejar de lado una peculiaridad de este último: al ser el entorno un concepto cambiante por evolución, variable según aplicación y sin una representación que se pueda llevar al plano de forma inequívoca, nos encontramos con que cada realidad está formada por un número indefinido de plataformas, documentos, recursos, etc. Y, por tanto, cada elemento despliega un modelo comunicativo diferente. Si bien hemos encuadrado el genérico de ple en un marco bidireccional, esto no tiene porqué implicar que todos los elementos que forman parte del ple se consideren ejes de comunicación bidireccional. Sin embargo, sí que forman parte del conglomerado que integra al usuario como parte activa del entorno, por lo que favorecen y posibilitan directa o indirectamente que cada participante sea, a la vez, emisor y receptor.
¿Y cómo es esto posible? Al desgranar un entorno personal de aprendizaje debemos tener en cuenta que los elementos que lo van a configurar pueden ser muy diversos: desde documentos estáticos en formato texto hasta avanzados CMS creados por un grupo de trabajo. Se desvanece la separación entre contenidos y continentes; el papel que cada uno desempeña nunca es estanco.
En un PLE, y para ejemplificar la flexibilidad de roles, un CMS no puede utilizarse únicamente para almacenar contenidos, pues, en un momento concreto del proceso, el repositorio de información podrá ser analizado y trabajado como dato a asimilar y sobre el que investigar para obtener conclusiones. Lo mismo puede ocurrir con una imagen que se utiliza para ilustrar una presentación y que, poco después, se convierte en la protagonista de una lectura profunda de la representación de la realidad en los medios. El ple acompaña a la persona a lo largo de su vida y atiende a las circunstancias cambiantes derivadas de la evolución. La tradicional compartimentación estanco de recursos, que separaba fuentes de información, herramientas de trabajo, utilidades asistenciales, etc., deja de tener sentido en un momento en que todo puede, a la vez, generar conocimiento y feedback y utilizarse como recurso de apoyo.
Así como no se asientan en formato indefinido, los elementos (y los usuarios) pueden entrar y salir del entorno según necesidades, intereses y momentos. El cambio y la transformación se entienden como posibilitadores de nuevos aprendizajes a los que no se puede llegar a partir de contenidos con aprovechamientos limitados y limitantes. De todas formas, es más frecuente añadir elementos al entorno personal de aprendizaje que descartarlos, por una razón clara: una vez que un elemento se añade al ple pasa a formar parte del cuerpo teórico del mismo, es editado y trabajado (más o menos activamente, como hemos visto en líneas anteriores) y, lo más importante, acaba por integrarse en el ideario o esquema mental de la persona que lo manipula.
Asimismo, al no entenderse como un compartimento cerrado y aislado del entorno, elementos (y usuarios) que no conforman el ple pueden tener influencia en el centro del mismo, gestionando modelos comunicativos ajenos al del entorno pero que pueden ser definitorios en lo que a resultados se refiere.
Por tanto, y según el papel que desempeña cada elemento del entorno, diferentes agentes comunicativos conviven de forma relacionada y en un marco amplio.










Modelos de entornos personales de aprendizaje.
Tipos y análisis
Si bien cada entorno es único (por algo se incluye la palabra «personal»), existen elementos que dan forma al concepto y que, por tanto, son considerados como «estructurales» de los ple. Por otra parte, y aunque hablemos de entornos personales, estos son compartidos y generados en comunidades (más o menos formales), y la interacción entre usuarios posibilita que los mismos elementos sean considerados significativos por más de una persona.
Para ilustrar estas posibilidades nos serviremos de ejemplos de entornos personales que han sido representados en formato de imagen, usando las mismas plataformas en todos ellos. A partir de sencillos esquemas podemos ver diferentes tipos de entornos y analizar la forma en que las personas incluyen en su proceso de aprendizaje unos u otros elementos, así como la importancia que se les da a los mismos y los modelos de comunicación puestos en marcha.


  • Entorno personal de aprendizaje por objetivos y tareas
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Este entorno está basado en el uso de plataformas y espacios virtuales organizado por «tareas que se pueden llevar a cabo». Por ejemplo, para «compartir contenido multimedia» la dirección a seguir (única, pues no hay más caminos) es acceder a Flickr para trabajar con fotos, Slideshare para manipular presentaciones, YouTube en el caso de que mi interés sean los videos, etcétera.
Este tipo de entorno sigue, en su estructura, la corriente del aprendizaje por objetivos. A priori puede parecer contradictorio que, dentro de un modelo constructivista como es el que otorga base a los ple, podamos enfocar (y en la práctica así se evidencia) una pedagogía conductista como la que supone este tipo de proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por su relación con el sistema de especialización, si contextualizáramos un ple de este tipo de un sistema formal (como por ejemplo la escuela) podríamos favorecer un
[...] entrenamiento que facilita la formación de hábitos de forma eficiente para el desarrollo de las actividades humanas que los hombres desempeñan en una sociedad industrial (Gimeno Sacristán, 1982, p. 18).
A pesar de que para cada tarea hay diferentes opciones o ejemplos, las instrucciones están inequívocamente dispuestas: no hay posibilidad de elección y la orientación es clara hacia un destino concreto.
El centro del entorno es la persona, el individuo. Y se ramifica hacia los objetivos mediante flechas sin retorno, o lo que es lo mismo, siguiendo un modelo comunicativo unidireccional(Osuna y González, 2007, p. 81). El usuario (que hace suyo el ple) se dirige hacia el elemento conformador, pero el elemento no proyecta en el individuo una transformación. Se representa un uso pero no una repercusión de ese uso en el usuario. Nos habla de conductas operativas y no de aprendizaje significativo. Además, el hecho de mostrar al individuo como único agente humano de manera directa (entendemos que tras las plataformas hay personas, aunque no se las considera en el esquema del entorno) recalca y refuerza el centralismo del modelo.
También se representa una distribución estanco de los elementos. Entre ellos no hay relación, cada cual tiene su cometido dentro del ple pero no interactúa con el resto del mismo. Es relevante destacar que el entorno no está englobado en conjunto, no forma una unidad pues cada tarea es individual (y se reafirma su individualidad).
  • Entorno personal de aprendizaje por herramientas y productos
Este modelo de entorno, sea cual fuere su representación, se caracteriza por una codificación de los elementos en base a sus potencialidades técnicas. El usuario dispone de un esquema más o menos categorizable de posibilidades a las que acudir, directa o indirectamente vinculadas con el producto que se puede obtener de ellas. No están relacionadas con tareas propiamente dichas, pues la relación entre el usuario y la herramienta no se establece en términos de actividad sino en base al resultado ofertado. Sin embargo, la decisión de elegir acudir a uno u otro elemento no está orientada más que por la naturaleza del mismo. Es decir, sabemos que Skype nos permite trabajar en grupo, pero si queremos crear un espacio de trabajo colaborativo no nos dirigimos de forma inequívoca a este recurso, sino que tenemos más opciones que valorar antes de decidir qué elemento vamos a poner en marcha (por ejemplo, si deseamos abrir un aula virtual, si necesitas un blog para compartir ideas, etcétera).
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El esquema que analizamos responde a la concepción de base de los PLE de aprendizaje constructivo. «El individuo es un constructor activo de conocimiento» (Osuna y González, 2007,  p. 85) que utiliza mecanismos para obtener productos que ayudan a plasmar ideas y a generar nuevos conocimientos. Por otra parte, existe la posibilidad de elegir tanto el camino a seguir como la apariencia final del resultado, pues se dispone de un repositorio «no-orientado» y más o menos amplio de elementos con los que interactuar.
Este modelo permite su implantación en procesos formales y no formales de aprendizaje. Según el contexto en el que nos situemos, variarán los agrupamientos de elementos y sus componentes. Si enfocamos el entorno en un marco académico superior o profesional, los elementos tendrán un nivel técnico más alto y estarán más especializados (según sector, por ejemplo). Si, por el contrario, nos situamos en un marco escolar, los elementos se organizarán en base a aspectos más generales e inespecíficos, y trabajaremos con recursos con un nivel técnico más básico. Sin embargo, la estructura es extrapolable.
El centro del entorno es el individuo que interacciona con los elementos que lo conforman adoptando dos roles: el de receptor y el de emisor. La flecha que los une es de doble sentido. Algunos elementos también interaccionan (emiten-reciben) entre sí. Por tanto, nos encontramos ante un modelo bidireccional (Osuna y González, 2007, p. 81).
Es importante destacar que entre los elementos del entorno se encuentran más personas, un contexto social que participa en el proceso, capaz de generar opiniones y trabajar en grupo de manera activa. Estas personas están relacionadas de manera directa con los elementos «red social» y «microblogging»; sin embargo, y al existir doble conexión con el usuario central del ple, el resto de los elementos se proyecta en ellas.


  • Entorno personal de aprendizaje conectivista
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El conectivismo es una teoría que responde a las limitaciones que presentan las corrientes clásicas del aprendizaje (conductismo, constructivismo y cognitivismo, principalmente) en su interpretación de un contexto digital y tecnológico avanzado.
Estas corrientes clásicas sitúan al individuo (en solitario) en el centro del proceso de aprendizaje y estudian la forma en que ese individuo se enfrenta a la adquisición de conocimientos, habilidades, ideas, etc. Sin embargo, en un contexto tecnológico, la adquisición del aprendizaje es diferente: se basa en conexiones más que en aproximaciones; en la movilización y el caos en los contenidos más que en su organización y asimilación.
Según Siemens (2004, p. 6):
El aprendizaje (definido como conocimiento aplicable) puede residir fuera de nosotros (al interior de una organización o una base de datos), está enfocado en conectar conjuntos de información especializada, y las conexiones que nos permiten aprender más tienen mayor importancia que nuestro estado actual de conocimiento.
Así, el centro del proceso no es el individuo sino la forma en que los elementos que integran un ple se relacionan entre sí.
Este modelo de entorno refleja algunos de los principios básicos del conectivismo, tales como «el aprendizaje es un proceso de conectar nodos o fuentes de información especializados» o «el aprendizaje puede residir en dispositivos no humanos» (Siemens, 2004, p. 7). Su aplicación debe atender a otros principios que dan sentido a la corriente y que se emplazan hacia el papel del individuo como agente de decisión, crítico y flexible.
A simple vista no encontramos una organización ni por tarea ni por objetivo, ni siquiera por espacio ocupado en el plano. Los elementos se organizan por colores, pero cada tipo está entremezclado con otros, dibujando un puzle heterogéneo cuya interpretación está vinculada al sujeto (y a su simbolismo).
La aplicación del modelo no depende del carácter formal o no formal del contexto, sino de la capacidad del usuario contextualizado para descodificar e interpretar los nexos entre los elementos. En el ejemplo se explicita una serie de recursos, que bien podrían ser otros diferentes, pues la importancia de la estructura no radica tanto en la naturaleza de los elementos como en las relaciones que se establecen entre ellos.
El entorno no tiene centro. Y el individuo (o lo que es lo mismo, el elemento «my brain (start)») se establece como punto de partida (Siemens, 2004, p. 7). Si nos fijamos en las uniones, podemos relatar dos tipos de nexos:
  • Flechas: con doble sentido que representan una comunicación bidireccional
  • Contorno de celdas: cada elemento está delimitado por bordes que conforman una figura que recuerda una colmena, y que se tocan con los de otros elementos.
Estos nexos evidencian una relación más profunda entre elementos que la que puede generarse con simples flechas. Si bien se trata solamente de una representación gráfica, la idea que subyace tras ella es que los elementos son pluriconectivos y pueden desarrollar características cambiantes. Si analizamos con detenimiento el modelo vemos cómo no existe ningún elemento sin relacionar, es decir, todas y cada una de las partes del entorno se unen, como mínimo, con otra, ya sea por flechas o por su contorno. No todos los elementos son retroalimentados a la vez: hay recursos que dan, otros que reciben, otros que cumplen ambos papeles… Por esta razón es un entorno que supera la dualidad unidireccional / bidireccional.
Por último, el esquema no está cerrado. No hay una delimitación clara más allá de la demarcación (relativa, por su conectividad constante) de cada elemento.
El conectivismo presenta un modelo de aprendizaje que reconoce los movimientos tectónicos en una sociedad en donde el aprendizaje ha dejado de ser una actividad interna e individual (Osuna y González, 2007, p. 9).
Así, carece de sentido establecer un marco concreto de movimiento si el entorno, a pesar de entenderse como personal, no funciona en términos de individualidad sino de actividad y contexto.


  • Entorno personal de aprendizaje lifelong learning
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Este modelo de entorno responde, más bien, a una distribución de cualquiera de los ejemplos mostrados anteriormente a lo largo de la vida profesional de una persona, en un proceso de formación continuo.
Apoyado en una horizontalidad temporal, el modelo centra un número limitado de elementos (en este caso todos son plataformas virtuales) que dan respuestas y productos diferentes. Esos elementos se solapan en el tiempo, están presentes de forma constante para poder acudir a ellos y son elegidos y descartados según las necesidades. Por otra parte, la flecha de consecución que se articula como esqueleto del entorno va dando cuenta de hitos vivenciales que marcan el aprovechamiento de los elementos. Parte de la secundaria y llega hasta el final de la carrera profesional, y en coincidencia con los mismos despliega nuevos engranajes en forma de contextos («workplace», «professional organization»), relaciones («open learning», «informal social learning», etc.) y productos («portfolio artefact», etcétera).
La diversidad de formas, en lo que a presentación esquemática del modelo se refiere, complica en cierto modo su lectura analítica, pues el mismo está cargado de simbolismo y representatividad propios de la persona que ha diseñado y configurado el entorno. Sin embargo, es un buen ejemplo de estructuración temporal de un ple pensado para un desarrollo profesional.
Despliegue de nuestro entorno.
Dificultades y reflexiones
Al hablar de entornos personales de aprendizaje nos referimos a espacios creados asumiendo intereses personales y profesionales, intenciones, gustos, orientaciones:
[...] en el uso educativo de espacios virtuales tanto alumnado como profesorado desarrollan una identidad digital y desempeñan un papel propio, exclusivo y diferencial que va a desempeñar un papel clave en los procesos de enseñanza-aprendizaje virtuales (Linares y Calvo, 2012, p. 2).
Hablamos de un aprendizaje significativo, con toda la potencialidad que ello conlleva, y del aprovechamiento que se puede obtener tanto en el entorno educativo formal como en el no formal e informal. Sin embargo, a la hora de poner en marcha este tipo de modelos existen dificultades que debemos advertir con el fin de adquirir una capacidad de gestión global de los conflictos, para solventar problemas y ofrecer soluciones reflexivas y argumentadas. En las siguientes líneas planteo una visión personal crítica a partir de las dificultades percibidas.
Tras destacar varios ejemplos en los que el uso de entornos virtuales más o menos orientados al aprendizaje de forma directa (aunque con usos indirectos con fuertes implicaciones educativas) se torna imprescindible, no debemos obviar un error común ligado a esta realidad: las arquitecturas técnicas de las plataformas y el problema de la dualidad continente / contenido.
Existe diversidad de plataformas, con extensiones diferentes y un sinfín de características que varían de un caso a otro. Ciertos usuarios de estos entornos desconocen tales desarrollos por varias causas: desde una alfabetización digital muy básica hasta una falta de formación específica, pasando por un entrenamiento personal escaso con el gestor. Esto deriva en un uso estándar de la plataforma, sin atender a su casuística particular y, por tanto, sacando un partido escaso de la herramienta. En ocasiones se desvirtúa totalmente la inmersión de determinadas plataformas en un contexto de formación específico, tornándose irrelevante (en la práctica y por un mal empleo) el proceso de elección, pues el uso dado a cualquier tipo de desarrollo es homogéneo. Chats, foros, mensajes privados y demás aplicaciones incluidas «por defecto» en ciertas plataformas pasan a convertirse en un adorno que aprovechar para defender el uso de la misma. Un caso recurrente es el de las plataformas de sistemas de gestión de aprendizajes (lms por las siglas en inglés delearning management system): por sus usos prioritarios acaban como meros repositorios de pdf y presentaciones PowerPoint, pierden su «l» (de learning) y pasan a convertirse, funcionalmente, en cms (o plataformas de contenidos, sin carga didáctica intencional o intencionada).
No se trata de ser capaces de usar de forma avanzada las plataformas existentes; ni siquiera es importante conocer el abanico de entornos virtuales de aprendizaje: una de las claves para manejar de forma eficiente estas plataformas es aprender a hacer búsquedas avanzadas en internet y gestionar la información obtenida primando criterios de calidad. La autonomía personal en la red es una competencia básica para desplegar entornos personales y grupales de aprendizaje.
¿Hasta qué punto las posibilidades de la tecnología acaban siendo dibujadas en función del uso que de ella se hace? Las personas gestionamos una tecnología apoyándonos en ideas, conocimientos y habilidades que obtenemos y que interiorizamos, por lo que nuestra forma de trabajar acaba empapando los recursos que usamos, sean estos tradicionales o de última generación.


¿Por qué usar PLE?
El aprendizaje auto-organizado proporciona una base para el establecimiento de un modelo de aprendizaje que va más allá del currículo y los modelos centralizados, prevé un nuevo modelo de aprendizaje caracterizado por la convergencia de un aprendizaje para toda la vida, y el aprendizaje ecológico en un espacio dirigido por el alumno. (Knowles, M.S. 1975).


Herramientas y servicios
  • Para buscar y acceder a la información
  • Crear editar y publicar información
  • Relaciones con otras personas:
  • A través de los recursos, experiencias y actividades que difundimos: Del.icio.us, Diigo, Twitter, WordPress,…
  • A través de las relaciones personales y el diálogo con gente interesante: Twitter, Linkedin, Facebook,…
  • A través de producciones personales y objetos que compartimos utilizando la estructura de herramientas y servicios que tenemos a nuestra disposición: YouTube, WordPress, Flickr, SlideShare, Slide, Vimeo, Picasa.


FORTALEZAS
DEBILIDADES
Casi ilimitada variedad y la funcionalidad de las herramientas, personalizable y adaptable a múltiples de configuraciones y variaciones.
Barato  a menudo compuesta de herramientas de código libre y abierto.
No hay límites de tiempo artificiales: sigue siendo "el" antes, durante y después de la primera matriculación.
Abiertos a la interacción, el intercambio y la conexión sin tener en cuenta el registro oficial en los programas o cursos particulares o instituciones.
Centrado en el estudiante (cada estudiante selecciona y utiliza las herramientas que tienen sentido para sus necesidades y circunstancias particulares).
Contenido de aprendizaje y las conversaciones son compilar a través de tecnologías simples como RSS.
Complejo y difícil de crear para los estudiantes sin experiencia y miembros de la facultad.
Posibles problemas de seguridad y exposición de datos.
Limitado control institucional sobre los datos.
Ausencia de servicio o inaplicable a nivel de acuerdos, sin capacidad para prever o resolver problemas de aplicación web de rendimiento, cortes, o incluso la desaparición.
Carece de gestión centralizada y agregados a las listas de grupo (como los rollos de clase).
Difíciles y potencialmente costoso para prestar apoyo a varias herramientas y su integración con los sistemas entre sí y con instituciones.





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 PLE y PLN ( Ambientes personales de aprendizaje y Redes personales de aprendizaje
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¿QUE ES UN PLN?




Red Personal de Aprendizaje (o PLN, de Personal Learning Network), en algunas ocasiones identificados (como hace Sue Waters) y en otras, considerando uno como subconjunto del otro (este orden de inclusión también varía según los autores). Por ejemplo, para Joyce Seitzinger el PLE sería solo una parte del PLN, la que hace referencia a las herramientas tecnológicas
Una definición de Red Personal de Aprendizaje es: Un conjunto de personas, páginas web, recursos, herramientas con las cuales te “enganchas” para desarrollar tu propio aprendizaje. Es creada por ti y está personalizada a tus intereses, gustos, preguntas y necesidades. Tener tu PNL no reemplaza el trabajo colaborativo académico que haces con tus colegas (o viceversa), más bien tener una PNL mejora y amplía las fronteras de colaboración y aprendizaje con una comunidad de educadores que van más allá de tu escuela, país o continente.
Las PNL´s tienen 3 características fundamentales: Son PERSONALIZADAS (a la medida), Tienen la finalidad de que su creador APRENDA más sobre lo que quiere seguir aprendiendo y se basan en CONEXIONES que le permiten al creador ir más y más a fondo e interactuar con otras personas.
Es requisito indispensable que el profesor quiera seguir aprendiendo y que sepa qué quiere seguir aprendiendo. Lo demás es muy sencillo de lograr.
La Red Personal de Aprendizaje  (PNL) le ayuda al profesor a hacerse el tiempo para aprender justamente sólo lo que a él le interesa y motiva.
Si pensamos que cuando necesitamos saber algo lo que hacemos es acudir a Google y buscar entre los primeros resultados, entonces ya podemos entender lo que es una Red Personal de Aprendizaje. Escoger lo que quiero aprender, de las personas que quiero aprender, utilizando las redes sociales y una selección de páginas de las que sé que la información es confiable es parte de tu PNL.
Group Of Multi-Ethnic People Social Networking
BENEFICIOS DE PLN

Acceso a las comunidades globales de aprendizaje• Un lugar para discutir y explorar con los demás• Muchas otras fuentes de información y conocimiento• Aprendizaje colaborativo• Aprendizajes auto-dirigidos e informales.
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La experiencia del aprendizaje en espacios virtuales ha demostrado poseer un enorme potencial para lograr beneficios educativos significativos, tanto para el alumno como para el profesor y para el mismo proceso educativo.


·         Favorece un aprendizaje activo y centrado en el alumno. Participar en un curso en red requiere que el alumno esté continuamente implicado en actividades. Hacer aportaciones, responder a los compañeros y compartir ideas por escrito y en forma coherente, es un compromiso cognitivo y social; hacer una declaración con argumentos válidos, constituye un acto cognoscitivo profundo. Estas acciones ayudan a que los estudiantes ordenen el pensamiento y mejoren la comunicación escrita, a la vez que los hacen competentes en procesar y evaluar información.


·         Ofrece igualdad de oportunidades a los estudiantes. En un ambiente de aprendizaje en red todos los alumnos participan haciendo los comentarios que desean y en el momento que lo requieran. El hecho de que la información en línea esté disponible todo el tiempo, permite a los alumnos reflexionar más las ideas e ir madurándolas a su propio ritmo, contrariamente a la exposición, que asume que todos los alumnos avanzan a la vez y con el mismo antecedente.


·         Cambia las relaciones entre profesores y alumnos. Trabajando en este medio se rompen las jerarquías y el profesor viene a ser, de forma casi natural, un facilitador del proceso de aprendizaje, más que una autoridad. El profesor define los objetivos de un curso, sugiere textos y otros materiales de estudio, da instrucciones y pautas a seguir, supervisa continuamente lo que ocurre y orienta de forma permanente; sin embargo, son los alumnos quienes llevan a cabo las tareas en forma colaborativa.

·         Se forman auténticas comunidades de aprendizaje. Las enormes posibilidades de comunicación y de información disponible con las que se cuenta en estos medios electrónicos, permiten el enriquecimiento personal y formativo de todos los miembros del grupo. La comunicación que fluye es un estímulo intelectual y fuente de satisfacción personal para todos los participantes. Los miembros de la comunidad virtual comparten intereses, se conocen y se preocupan unos por otros. Las opiniones de profesores y alumnos con relación a la interacción que tiene lugar entre ellos, manifiestan que ésta es más frecuente, más profunda y más personal que en un curso presencial.


·         Fomenta la responsabilidad. Un curso en plataforma incluye y compromete más a los alumnos con el proceso. Para que un alumno alcance éxito en un curso, tiene que responsabilizarse de su propio aprendizaje y motivar a los compañeros a que se responsabilicen del suyo. Debe leer los comentarios de los miembros de su grupo, reflexionar acerca de los asuntos tratados y buscar información adicional para ofrecer respuestas. Los alumnos establecen juntos las normas por las que van a regirse como grupo de trabajo y se autoevalúan continuamente, reflexionando sobre cómo van, qué han logrado, cómo lo han logrado y qué necesitan mejorar. Esto va formando una cultura de mejora continua, aumenta la calidad de los trabajos y capacita para la educación permanente.


·         Facilita la internacionalización de la educación. En el aprendizaje en línea los alumnos adquieren amplio conocimiento y desarrollan habilidades para trabajar en redes y en ambientes alejados de sus entornos; se preparan así para la comprensión del mundo y para una vida profesional con mentalidad global y universal. Puede fomentarse el intercambio de experiencias con estudiantes de otras naciones y llevar al salón de clase virtual la riqueza de la diversidad cultural, así como realizar otras actividades de cooperación que rompen las barreras físicas y enriquecen la vida académica.


·         Ayuda a manejar el tiempo y a utilizar el espacio de manera óptima. El modelo educativo requiere de espacios donde los alumnos puedan trabajar en grupo, espacios que no siempre existen en el campus; por otra parte, el tiempo de una sesión de clase está limitado a horarios discontinuos, y a veces éste es insuficiente para completar las actividades. El uso de espacios virtuales resuelve en parte las cuestiones anteriores, al tener el alumno las veinticuatro horas del día, un lugar disponible para trabajar, para comunicarse con sus compañeros y con su profesor; y tener acceso a la información y a los materiales que necesita permanentemente. De esta forma el profesor puede dedicar el tiempo del aula a clarificar, concluir, debatir o presentar una nueva actividad, reflexionar con el grupo, ofrecer retroalimentación y motivar a los estudiantes a seguir adelante.





REFERENCIAS